Cuando se piensa en una vida larga y saludable, la mayoría considera el ejercicio, la alimentación, el sueño o el equilibrio mental. Pero la salud bucal también desempeña un papel fundamental, mucho más allá de lo estético.
Nuestro microbioma oral – pequeño pero esencial
En la boca habitan hasta 100 mil millones de bacterias de unas 800 especies diferentes. Este microbioma apoya al sistema inmunológico, protege contra gérmenes dañinos e inicia la digestión. Si su equilibrio se altera – por ejemplo, por una dieta rica en azúcares o una higiene oral deficiente – pueden aparecer problemas como la placa, las caries o la periodontitis. Las bacterias pueden entrar en el torrente sanguíneo y provocar inflamaciones crónicas silenciosas, relacionadas con el envejecimiento y enfermedades crónicas.
Higiene bucal efectiva – simple pero decisiva
Visitar al dentista dos veces al año es la base. Una limpieza dental profesional también puede ser útil y muchas veces está cubierta por los seguros de salud.
Use hilo dental o cepillos interdentales por la mañana y por la noche, antes del cepillado. Aproximadamente la mitad de las bacterias bucales se alojan entre los dientes, donde el cepillo apenas llega.
Un cepillo de dientes eléctrico ayuda a controlar la presión y mejorar la técnica. También es importante usar una pasta dental con flúor, que fortalece el esmalte.
No olvide la lengua: una limpieza diaria con un cepillo lingual ayuda a prevenir el mal aliento.
Si lo desea, puede masticar chicle sin azúcar al mediodía para estimular la producción de saliva y favorecer la limpieza natural.
Qué evitar – para proteger los dientes
Las bebidas azucaradas y ácidas como refrescos, jugos o limonadas dañan el esmalte. Consumirlas durante todo el día aumenta el riesgo de daños permanentes.
Mejor: comer durante las comidas principales y optar por nueces o verduras crudas entre horas. Incluso con la fruta conviene tener moderación: los ácidos y el azúcar natural también pueden afectar el esmalte. Enjuagarse la boca con agua después ayuda.
Fumar incrementa el riesgo de enfermedades de las encías, favorece el mal aliento y envejece los dientes más rápido.
Un microbioma oral saludable es el resultado de decisiones conscientes cada día. Quien cuida su salud bucal se beneficia durante toda la vida – con una sonrisa radiante que perdura en el tiempo. Porque la verdadera longevidad comienza en los pequeños detalles, a veces entre los dientes.